martes, 4 de mayo de 2021

DESIREÉ VILA

 

DESIRÉE VILA


El año 2015 cambió drásticamente la vida de Desireé Vila. La joven tenía en aquel momento 16 años y formaba parte de la selección española de gimnasia acrobática. Cuando se preparaba para acudir al europeo sufrió una fractura de tibia y peroné en una de las sesiones de entreno. Una negligencia médica derivó en la amputación de su pierna derecha. A partir de ese momento, su vida cambió radicalmente.

Tras unos meses muy duros, la joven se refugió de nuevo en el deporte para salir de la oscuridad. Ahora forma parte del equipo español de atletismo adaptado, y se está preparando para poder acudir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

“No sabía que existían unas prótesis y que se podía hacer deporte y lo veía todo muy oscuro. Recuerdo que dije textualmente: prefiero morir”, apunta Vila recordando tal vez el momento más duro por el que ha pasado.

Pero todo cambió en el momento que pudo estrenar su prótesis y por tanto estrenar nueva vida.
Hoy, la prótesis es una parte más de su cuerpo y tiene varias diferentes: una para andar, otra para correr, de colores, con purpurina... todas están personalizadas. Además, las controla desde una aplicación en el teléfono móvil.

“Como mi amputación es por encima de la rodilla, yo no tengo articulación. Las prótesis que hay ahora son bastante avanzadas. Tienen una tecnología impresionante y tienen una aplicación que se conecta con el móvil para hacer diferentes actividades. Por ejemplo, no es lo mismo la articulación que hace una rodilla cuando estás caminando, cuando haces bici, patinando o haciendo surf, algo que este año probé por primera vez”, explica.

El único problema que puede surgir con este moderno dispositivo es cuando se queda sin batería. "Si sales de fiesta, no estás todo el día, estás toda la noche. Entonces esas horas extra me ha pasado que se me ha quedado sin batería. Tampoco es un problema porqué se queda totalmente estirada y entonces tienes que caminar como 'patapalo'", añade.

La atleta gallega, que ahora tiene 22 años, debutó en el atletismo a nivel internacional en el Europeo de Berlín 2018 y se estrenó en un Mundial en 2019 en Dubái. Compite en longitud y velocidad porque se complementan, aunque prefiere lo primero. Antes de llegar al atletismo, probó el tenis en silla, el baloncesto y la natación.

“Obviamente al haber estado compitiendo a nivel internacional durante tantos años tengo facilidad para el deporte. En la gimnasia acrobática lo máximo a lo que podía aspirar era el mundial y yo participé en 2014. También tengo mucha ilusión por estar en París 2024 porqué será 10 años después en la misma ciudad y supondría estar en lo más alto del atletismo cuando yo ya estuve ahí en lo más alto de la gimnasia. Los Juegos es a lo que todo gran deportista aspira”, comenta.
Vila compagina los entrenamientos de atletismo con sus estudios de Relaciones Internacionales y con charlas de motivación. Su lema de vida es ‘Lo único incurable son las ganas de vivir’. Lo tiene tatuado y así se titula el libro que publicó en 2018. A través de él y de sus conferencias, su canal de YouTube y sus redes sociales quiere dar una visión diferente de la discapacidad.

“Cuando a mí me apuntaron la pierna empecé a buscar mucha información en YouTube y en Google para ver cómo iba a ser mi vida con la prótesis, que tipo de cosas podía hacer. Me di cuenta de que había muy poca información o personas que hablaran de su experiencia, contando trucos. Una vez que yo ya estaba bien y empecé a tener esos trucos, que son los típicos que compartimos los amputados, quería hacer eso a una escala más grande, ayudar a otras personas”, explica.

La joven tiene muy claro que quiere seguir utilizando sus diversas plataformas para cambiar la visión que la sociedad tiene de las personas con discapacidad.

“La discapacidad no tiene porqué ser algo negativo, sino que es simplemente una diferencia de cada persona. A mí me ha pasado algo malo, pero gracias a lo que me ha pasado puedo ayudar a otras personas o alguien puede sacar algo de mi situación”, añade.

Por supuesto, Vila explica que a veces piensa en lo que habría sucedido si no hubiese perdido su pierna, pero también tiene muy claro que ahora mismo es muy feliz con su vida.

“Estoy orgullosa de lo que he logrado y he aprendido, de lo que he madurado. La persona que soy, los valores que tengo hoy en día, no los tendría si no hubiera pasado por esto. Quizá no conocería a las personas que conozco hoy, personas que admiro que son los deportistas Paralímpicos. Yo ahora mismo no lo cambio. No sé qué habría pasado si no hubiese tenido el accidente, pero ahora mismo soy feliz con lo que tengo”, asegura convencida.

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